Lo han mejorado pesar de los condicionantes de los clientes. Muchos de ellos, en EEUU, China o los países árabes han exigido a Rolls Royce que el Ghost Series II contará con la posibilidad de montar llantas de 21 pulgadas (de serie son de 19 pulgadas). Esto ha provocado una profunda revisión de las suspensiones, sobre todo la trasera. La rueda más grande es sinónimo de incomodidad en el interior del habitáculo y puede acarrear pérdida de dinamismo. En el Ghost Series II no ocurre. Las grandes llantas no provocan pérdidas de adherencia en ningún caso, aunque más sorprendente es lo completamente inadvertido que pasa para el pasajero que viaja detrás el nuevo tamaño de las ruedas.
la comodidad, es extrema. Los asientos traseros son dos butacas independientes que están ligeramente orientadas la una a la otra para poder "mantener una reunión de negocios". Tienen de serie tres opciones de climatización, función de masaje, y cada uno cuenta con su mesita y pantalla situadas en los respaldos de los asientos delanteros. Entre ambos sofás se sitúa una réplica del Touch Pad delantero para manejar todas las funciones del vehículo.
Rolls Royce introduce en el Ghost Series II el Head Up Display por el que se nos proyecta la información de la velocidad, las señales de límite de velocidad o las indicaciones de la navegación. Resulta muy útil al no tener que apartar la vista de la carretera para mirar la pantalla central o los instrumentos.
Al estar orientado al conductor, la mecánica es una parte fundamental. Primero hay que decir que el motor de doce cilindros que cubica 6.600 centímetros cúbicos ofrece una potencia de 570 caballos y un Par motor descomunal de 780 Nm, con una caja de cambios automática ZF de ocho velocidades que envían su fuerza al eje trasero. Con estos mimbres los más de 2.300 kilos alcanzan los 100 km/h desde parado en 4,9 segundos
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